cuando la herida la atraviesa de costado a costado
y la lengua sabe a sangre por tanta palabra no dicha.
Mira las paredes ennegrecidas por los años
como si fueran radiografías de las cosas mal hechas,
teniendo la sensación de poder cavar más hondo
para enterrar sus recuerdos.
En ausencia de amor propio,
va sumando injusticias
sin tener certeza de cuanto esperar
y ya no sabe a quien espera.
L. Alison G. Ramos M..