Algunas noches quisiera huir de este infierno,
Despertar sin sentirme más muerta,
Elevarme más allá de mis consecuencias
Evitando el desastre.
Porque en esa habitación a oscuras
Existe un banquete dispuesto para un demonio,
Vigilado por tres velas,
Que en su dorado agonizante,
Impiden el paso del tiempo.
En ese lugar en penumbras
Afloran entre las grietas
Todas las sombras que creo sentir de día;
Forman un cuerpo
Que crece como un gigante,
Que camina encorvado arrastrando la luz a su paso,
Dejando ver sus ojos feroces
Mientras sonríe y muestra sus colmillos.
El corazón late a mil soledades,
Y en solo segundos su brazo parte mi pecho;
¡¡Ahharu, Ahharu!!
De nuevo estas sembrando en mi alma
Todas tus amarguras.
Arranca mi corazón de una vez con tus manos,
Ármalo entre besos y mordiscos,
Porque he aquí alguien que se ha rendido
Y también quiere ser un demonio.
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