En sonidos profundos te vas quedando adormecido,
Los días son años y tú sigues aquí en mi estela.
Mareas furibundas te reclaman,
Y el viento de oeste parece no querer venir.
Atrapado en este puerto, hasta para ti olvidado,
Destinado a formar parte de mi estación más fría.
En total ausencia de vértigo y de amor propio,
Tus ojos, tan míos, me invitan a saltar;
Una caída libre a la más grande de mis ausencias,
Buscando entre rocas poder desaparecer.
1 comentario:
Siempre es agradable leerte, ojalá subieras entradas más seguido. Me pareció curioso escontrar la palabra "oeste", me dio la impresión de que no la había leído en años ¿o será que el escrito le da ese carácter?.
Cuídate, nos estamos leyendo.
Publicar un comentario