30 de mayo de 2008

Delfín de Tierra

“Soy un delfín”
Se marcho diciendo;
Sabiendo, perfectamente,
Que su amante fría
Le abriría los brazos
Esa noche, como tantas otras;
Le besaría la frente
Y con manto negro
Abrasaría sus penas.

Bebía para adormecer
Dolores viejos,
Recuerdos negros
Como el carbón que aun
Arrastran sus manos.

(“El delfín es el único que
Comprende al hombre,
Porque viene de la tierra”,
Realmente es el único hombre
Transitando entre bestias
)

De vez en cuando
Busca una sonrisa
En rostros que son ajenos;
De vez en cuado
Cuenta risas muertas
Y cosas que no sabe.
Cómo culparlo
Por ser mí reflejo
Sin alcohol en la lengua.

Miraba fijo,
Con esas lagrimas
Que siempre se aproximan
En los ojos de borracho,
Que deja ver algunas guerras viejas y
Dolores que se encienden
Bajo luces amarillentas,
Para sacrificar,
En esos dorados triste,
El alma.

“soy un delfín”,
Dijo mientras seguía
A perderse entre tanta gente,
Que nunca sabría que
Caminó junto a poesía.

(Allí y así detuvo el tiempo
En esa plaza
“el sobreviviente de la vida”)

22 de mayo de 2008

"¿Por qué la vida es tan difícil?"

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Este es un escrito de Sebastián Vásquez , estudiante de filosofía y amigo inolvidable en esos días de cuarto medio …
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Quisiera saber por qué la vida es tan difícil, Por qué ella es una mujer tan alta, tan misteriosa, Que para poder encumbrarse a su locura de alas doradas, hay que estar dispuestos a cruzar mares tempestuosos, desiertos de soledades que se esconden en siete llaves.

Hay tanto, que se oculta en la mirada, en el gesto con que esta mujer nos mira; hay tanto, tanto misterio, que las palabras podrían quedarse mudas, casi siegas, pero ellas pertenecen tan extrañamente a la vida, que para conocerla, y cruzar las tempestades y los desiertos, y llegar a conocer la soledad que se esconde bajo siete llaves, es preciso dar riendas sueltas a estas, es preciso soltar el temor a la vida; Para que así, bajo este fervor las palabras, sepan llegar ahí, ahí en donde el gobierno de las palabras es un gobierno al cual todas las cosas se someten.

La vida es tan alta, que para poder verla un hombre debe someter sus miedos, sus más íntimos miedos, a una total indiferencia, a una total fortaleza de vista, debe someter todo al mandato de la vida.

La vida que experiencia de divinidad, y lo cierto es que en su pecho es una divinidad la que golpea a cada paso que en ella se desenvuelve, a cada movimiento y nueva dirección que la vida toma. Lo cierto es que si es la vida misma, es una divinidad lo que toma esta dirección, la vida debería ser para nosotros lo divino mismo, pero cuan difícil es ver en ella, cuan alta es para los ojos. Uno no quiere mirar de lejos como la mujer camina por la calle, uno desea tenerla, poseerla y de un extraño modo ser libre en el someterse al mandato de ella. Antes de vivir es preciso tanto dolor, tanto como los de una madre al parir.
Sebastian Vásquez Y.

17 de mayo de 2008

Mujer de Sal


Se creo sin verdad alguna,
Sin sueños, sin la fe.
Diosa de ébano
Trancitas indiferente,
Vives y vuelas
Siempre sin creer.


No sostienes más que aire,
Ni siquiera aquello
Que pretendes crear.


Te ocultas “muñeca”
Mientras destilas
dolores en cardos,
Para convertirte
En la mujer de sal.



L. Alison Ramos M.