21 de junio de 2012

¿Cuanto?

La Chica "G" se pregunta si ha sido suficiente
cuando la herida la atraviesa de costado a costado
y la lengua sabe a sangre por tanta palabra no dicha. 

Mira las paredes ennegrecidas por los años
como si fueran radiografías de las cosas mal hechas, 
teniendo la sensación de poder  cavar más hondo
para enterrar sus recuerdos.

En ausencia de amor propio,
va sumando injusticias
sin tener certeza de cuanto esperar
y ya no sabe a quien espera.



L. Alison G. Ramos M..



17 de junio de 2012

Escupir fuego



Si la niña se hartara y decidiera escupir fuego,
Llenarse los pulmones de rabia, 
gritar que no esta dormida.
Si le fueran indiferentes
los ojos tras las cortinas.
Si tan solo fuera impermeable 
al mundo que pretende arrastrarla.


Tendría una sonrisa constante,
apostaría su libertad solo por tenerla.
Se colgaría de las mariposas 
sin pensar si es "correcto".
Al fin haría lo que siente,
seria todo lo que ha sentido.


Si la niña se hartara y decidiera escupir fuego
Probablemente ya no seria tan niña.






L. Alison G. Ramos M.




11 de junio de 2012

Sublimación


                                      

                                                                                                            *Imagen de Elia Fernández 




Sublimación

Pasaban junto a mis pies sin rumbo
caballos invisibles emitiendo sonidos de apocalipsis.
la  calle se hacia cada vez más larga
Y donde se perdía la vista
Brillaban luciérnagas tricolores intermitentes.

Me había alejado lo suficiente de mi mismo.
Tanto que cualquier hombre que me buscara
No podría hacerme daño;
Tanto... que por un  segundo eche de menos
A este cansancio asesino,
A mi cara fea en el espejo,
A las crónicas de mis fracasos.

La calle estaba vacía,
los silencios suspendían en el tiempo
a mi forma más pura.
Era la libertad sobre mi
como manto sagrado;
Era la libertad en medio de esta noche de ausentes,
besándole el cuello a lo imposible.


L. Alison G. Ramos M.

5 de junio de 2012

Desplumada

Él estaba sentado en la escalera,
mirando a ningún sitio,
pensando en las cosas que suelen pensar los ángeles.


Ese día sería distinto,
el aire envolvía conspiraciones,
y las calles, todas con nuevas sonrisas,
marcaban la ruta tantas veces andada.


Mis pasos, mis manos, sus ojos
eran la estrategia mil veces repasada,
que de cargada de esperanza se volvía infalible.


Le caí de improviso,
cambie el "hola" por el beso que antes fue plegaria.
Sin más preguntas tuvo todas las respuestas
siendo yo lo innegable del presente en su boca.


Me abrazo como si fuera para siempre,
diciéndome "tanto has tardado en anclar tu alma en mi pecho".
En suspiros saltamos constelaciones a la velocidad del pensamiento,
llegando a comprender que siempre fuimos uno.


Fue un parpadeo,
quizás el resplandor de todos mis fracaso ...
                                 .... aun estaba a centímetros de la puerta.


El coraje mal anclado se desmorona,
mis pasos se vuelven largos y firmes.
De la más triste de mis resignaciones
se dispara un fulminante y desértico "hola".


Le regale una sonrisa, de esas de las personas amables,
y mande al carajo los abrazos y besos mal paridos,
mientras arrastraba una estrategia desplumada
por debajo de la puerta.


L. Alison Ramos M.


4 de junio de 2012

Infancia perdida

Vayan a  decirle a los niños que los milagros no existen,
que cuando las luces se apagan, la magia no corre por su cuarto como río vivo
iluminando hasta la más rara de sus fantasías.


Díganle a esos duendes, que no tienen futuro
que crecerán y cambiarán su libertad por diez días de vacaciones,
Que aprenderán a comer lo que no les gusta y a vestirse con ropa que no les queda.


Que el "querer" sera  remplazado por "compromisos",
aprendiendo todas las mañas del cinismo, que más tarde llamaran "modales".


Así cuando la más real de sus noches
devore la inocencia enredada en las hebras del corazón que nace
no se desangren en la sorpresa.


Díganles que no van a ser felices,
que aprenderán conceptos ambiguos incluso del amor.
Que todo lo bueno en ellos morirá un día,
que el mundo, y hasta ellos mismos, olvidaran que existieron.




L. Alison Ramos M.