En sonidos profundos te vas quedando adormecido,
Los días son años y tú sigues aquí en mi estela.
Mareas furibundas te reclaman,
Y el viento de oeste parece no querer venir.
Atrapado en este puerto, hasta para ti olvidado,
Destinado a formar parte de mi estación más fría.
En total ausencia de vértigo y de amor propio,
Tus ojos, tan míos, me invitan a saltar;
Una caída libre a la más grande de mis ausencias,
Buscando entre rocas poder desaparecer.