31 de enero de 2011

Consejos prácticos de un idiota

En ciudades como esta la gente no se saluda,

no existen vecinos y si los hubiera no recordarías sus caras;

No se te ocurra preguntarle cosas a lo extraños si no quieres verlos corriendo

o gritando que es un asalto, mientras tu solo esperas saber al hora.


En ciudades como esta, estás solo;

aun cuando estés entre más de 100 personas esperando el metro

o conversando con “amigos” en un bar cualquiera.


No puedes culparnos por la falta de humanidad,

es solo que si nos comprometemos sufrimos, y no nos gusta sufrir.

Le huimos a todo lo que nos demande esperanza,

pues no somos estúpidos.


Aquí el 80% de los suicidios son imposibles de preverse,

pues no nos gusta tener cargo de conciencia

y ten presente que no hacemos nada a cambio de nada,

pues como te dije antes, no somos estúpidos.




24 de enero de 2011

Tu boca

Quisiera huir en tu boca

de todos los miedos que van colgados de mi vestido

y como alfileres de vez en cuando

rozan y agrietan.


Quizás no huir en tu boca,

sino llevarte conmigo,

para que fueras como el aire,

para tenerte en mi sonrisa

sabiendo que somos felices.


Tomarte de la mano por asalto

con la promesa de una amor verdadero,

con el corazón dispuesto a dejar de ser egoísta

para solo ser tuyo.


Estar o que me lleves en tu boca,

para que sea yo misma lo que te bese

cuando te despidas.




10 de enero de 2011

La Cena

youecce3

Algunas noches quisiera huir de este infierno,

Despertar sin sentirme más muerta,

Elevarme más allá de mis consecuencias

Evitando el desastre.


Porque en esa habitación a oscuras

Existe un banquete dispuesto para un demonio,

Vigilado por tres velas,

Que en su dorado agonizante,

Impiden el paso del tiempo.


En ese lugar en penumbras

Afloran entre las grietas

Todas las sombras que creo sentir de día;

Forman un cuerpo

Que crece como un gigante,


Que camina encorvado arrastrando la luz a su paso,

Dejando ver sus ojos feroces

Mientras sonríe y muestra sus colmillos.


El corazón late a mil soledades,

Y en solo segundos su brazo parte mi pecho;

¡¡Ahharu, Ahharu!!

De nuevo estas sembrando en mi alma

Todas tus amarguras.


Arranca mi corazón de una vez con tus manos,

Ármalo entre besos y mordiscos,

Porque he aquí alguien que se ha rendido

Y también quiere ser un demonio.