5 de junio de 2012

Desplumada

Él estaba sentado en la escalera,
mirando a ningún sitio,
pensando en las cosas que suelen pensar los ángeles.


Ese día sería distinto,
el aire envolvía conspiraciones,
y las calles, todas con nuevas sonrisas,
marcaban la ruta tantas veces andada.


Mis pasos, mis manos, sus ojos
eran la estrategia mil veces repasada,
que de cargada de esperanza se volvía infalible.


Le caí de improviso,
cambie el "hola" por el beso que antes fue plegaria.
Sin más preguntas tuvo todas las respuestas
siendo yo lo innegable del presente en su boca.


Me abrazo como si fuera para siempre,
diciéndome "tanto has tardado en anclar tu alma en mi pecho".
En suspiros saltamos constelaciones a la velocidad del pensamiento,
llegando a comprender que siempre fuimos uno.


Fue un parpadeo,
quizás el resplandor de todos mis fracaso ...
                                 .... aun estaba a centímetros de la puerta.


El coraje mal anclado se desmorona,
mis pasos se vuelven largos y firmes.
De la más triste de mis resignaciones
se dispara un fulminante y desértico "hola".


Le regale una sonrisa, de esas de las personas amables,
y mande al carajo los abrazos y besos mal paridos,
mientras arrastraba una estrategia desplumada
por debajo de la puerta.


L. Alison Ramos M.


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